Valeria Colman: La seleccionada de Uruguay cuenta su historia

“…inventaba un nombre de varón, no se porque lo hacía creo que así sentía que estaba habilitada para jugar, y entonces podía compartir ese espacio con los demás varones”.

En un barrio de la periferia de Montevideo, en Villa García a 40 minutos del centro, con calles de pedregullo y una cancha de 11 que solo la usan los grandes. Llegaba de la escuela después de haber caminado 8 cuadras hasta casa, tomaba la lecha y hacia los deberes que eran obligatorio para poder salir a jugar. Cuando salía solo me encontraba con varones, y pensaba; “en este barrio son más varones que nenas.” Pero hoy me doy cuenta que me encontraba solo con varones porque son ellos los que ocupan los espacios públicos, las nenas se quedan en la casa o se sientan en el muro de la casa a mirar como juegan. Pero bueno a mí no me preocupo eso solo quería jugar, no me llamaba la atención quedarme en casa o jugar a las muñecas. Incluso recuerdo que tenía una bolsa enorme llenas de muñecas Barbie casi intactas, que a veces con mi hermano sacábamos para jugar. Disfrutaba más en la calle con los gurises, ellos casi todo el tiempo estaban jugando a la pelota, obviamente el deporte más popular de mi país, así que me sumaba con ellos armábamos dos equipos, dos arcos y salía “picadito”.

“Disfrutaba más en la calle con los gurises, ellos casi todo el tiempo estaban jugando a la pelota, obviamente el deporte más popular de mi país, así que me sumaba con ellos armábamos dos equipos, dos arcos y salía “picadito”.

2004 Nacional

En casa no me decían nada, la única regla que tenía que cumplir era hacer los deberes, cumpliendo esa regla afuera era libre de jugar a lo que quiera y así fue. Para los chiquilines era una más, siempre me iban a buscar a la puerta de casa para ir a jugar a la pelota. Con padres del barrio armamos una canchita a media cuadra de casa, donde había un terreno vacío. Y así comencé a jugar al futbol, jugando a la pelota en el barrio.
La escuela era otro tema, tocaba el timbre del recreo e iba con amigas a sentarnos en el pasto o caminábamos por el patio, pero después de un tiempo yo quería jugar a la pelota y en la cancha solo había varones. Yo sentía que solo era un espacio para ellos, entonces en algunos recreos iba a la cancha me desprendía la túnica inventaba un nombre de varón, no se porque lo hacía creo que así sentía que estaba habilitada para jugar, y entonces podía compartir ese espacio con los demás varones. Me gustaba tanto jugar, que después de un tiempo todo los días solo quería hacer los deberes o que fuera el recreo para hacerlo. Mi hermano 4 años menor, jugaba en baby futbol y me acuerdo que una vez fuimos acompañarlo al Club Ombú y yo quería averiguar si había equipos de niñas ahí, fui a preguntar y me dijeron que no.

“Me sentía sapo de otro poso, me acuerdo que lleve un short de nilón y los zapatos que compramos en la feria con papá cuando empecé con las tricolores.”

En toda mi niñez jugué en el barrio o en los recreos de la escuela, cuando pase al liceo éramos grandes entonces con los gurises del barrio íbamos a la cancha de las torres la cual era una cancha de 11 del barrio. Un día de esos que íbamos a jugar me llamo la abuela de mis primos Diego y Lucia, ella vive en frente de la cancha y me contó que le encanta el futbol como a mí y que jugaba en su pueblo cuando era chica me dijo que el primo de ella estaba en Nacional con un cuadro de chicas, que le iba a preguntar dónde entrenaban los días y la hora para que vaya, hasta me conto que una vecina ya había ido. Le conté a mi padre y un día fuimos, entrenaban en las canchas del Parque Batlle ahí al lado del Estadio Centenario, niñas de todas las edades entreveradas, no existían categorías como ahora. Y ahí comenzó mi historia en un equipo de niñas, eran chicas que antes jugaban en el Club Nacional de Futbol, pero en ese año que fui 2004, ese club saco el futbol femenino entonces no se podía usar más ese nombre, nos llamábamos “Tricolores” y jugábamos partidos cuando se organizaba algún campeonato. Ahí estuve un año, al siguiente año comenzaba 4to de liceo y me tenía que cambiar de liceo porque el del barrio era solo hasta 3ro, entonces fui a uno que quedaba a 5 kilómetros de casa pero tenía un problema 4to, 5to y 6to eran en la tarde, y las prácticas con las tricolores eran en la tarde si iba a ese liceo no podía entrenar más, pero a ese liceo iban a ir todos mis amigos y amigas. Había una esperanza, solo un 4to año se dictaba en la mañana, yo pretendía ir a ese y le dije a mi madre que me anote a ese. Pero el día que fui a ver las listas me había tocado en uno de los 4tos de la tarde, entonces tuve que dejar las tricolores porque el estudio es lo más importante, para mis padres el estudio es lo más importante y no había nada que charlar, dejaba el fútbol. Y así fue.

Mi primera camiseta Celeste

“… deje de ser esa niña callada dentro de la cancha para ser una con más ímpetu y que hablaba un poco más”.

La suerte me encontró, a principios del 2007 me llamo Hugo el DT de las tricolores y me dijo: “vale van hacer un torneo de un día para ver jugadoras para la selección, quiero invitarte”, me acuerdo que lo hable con algunos amigos y me dijeron “si anda”. Y fui, era en el estadio de River en el prado, había mucha gente y varios partidos, mis compañeras algunas eran las mismas pero otras no, y yo no soy de hablar mucho así que me costaba integrarme pero adentro de la cancha eso no importaba. Paso esa jornada y Hugo me dijo que tenía que ir a una práctica en el estadio Charrúa, para entrenar con las que ya están en la Selección, y fui sin darme cuenta lo que era, estaba entrenado la sub16 y la sub20. Me sentía sapo de otro poso, me acuerdo que lleve un short de nilón y los zapatos que compramos en la feria con papá cuando empecé con las tricolores. No hablaba era muy tímida y las jugadoras se conocian entre todas, porque jugaban el torneo de AUF eran de Rampla y River. Al terminar la práctica y el DT me pregunto: “¿Cuántos años tenes? Le dije 17, por lo cual me indico que iba a comenzar a entrenar con la sub20. Cuando comenzó el verano surgió un problema, era costumbre en casa que todos los veranos fueran al club que tenía convenio con el trabajo de papá. Mamá fue hablar con el Zurdo, como el decíamos el DT, a ver si algunos días podía faltar para ir al club y él le dijo “es un proceso de Selección”, creo que todavía no nos dábamos cuenta lo que eso significaba, en este tiempo la selección no tenía el sentido que tiene ahora. Y bueno ni lo pensé, deje de ir al club porque correr atrás de la pelota me gustaba más. Me costaba mucho integrarme era muy tímida y callada, jugaba de puntera pero el “Zurdo” me probo de lateral y ahí comencé aprender mucho de futbol, ya no era más los picaditos con los gurises en la calle.

En marzo de 2008 viaje con la selección sub20 a Bagé, Brasil, volví y el padre de una compañera me invito a el equipo que estaba formando para competir en AUF y le dije que sí, era el Artigas del Sauce en Canelones, me tomaba un bus urbano y uno sub urbano para poder ir a entrenar era más de una hora de viaje, ahí tuve mi primer experiencia en un campeonato de AUF. Al otro año el Club Nacional de Fútbol hizo llamado de aspirantes para volver a presentar un equipo femenino en AUF y con algunas compañeras fuimos, y quedamos. Y desde ese día hasta hoy todos los domingos me pongo una camiseta con el mismo escudo, fui ganando experiencia y deje de ser esa niña callada dentro de la cancha para ser una con más ímpetu y que hablaba un poco más. En 2010 me volvieron a llamar para un proceso de selección también era Sub20, comencé a entrenar y cuando se confirmó la fecha del torneo surgió un problema yo ya había terminado 6to y pensaba entrar al I.S.E.F (Instituto Superior de Educación Física) para eso tenía que rendir una prueba que se hacía en las mismas fechas que era el torneo, y bueno me la jugué no daba nada la prueba, pensé la dejo para el otro año, me acuerdo que una compañera que entrenaba conmigo en la selección y que ya había entrado me dijo yo no dejaría de hacer la prueba, pero bueno yo si lo hice. Pase todo las rodas que se daban al final de la práctica donde decían las desafectadas, y en Marzo de 2010 viaje a Colombia, me la jugué y valió la pena era mi último sub20, luego pasaba a ser mayor y pensaba de acá a 4 años anda a saber qué pasa.

El Club

El primer campeonato con Nacional (2009), salimos 3ras atrás de Rampla y River que en ese momento eran los más fuertes en el futbol practicado por mujeres.
Conseguimos en campeonato 2010-11 y viajamos a la Copa Libertadores, que se realizaba en Brasil, en el club nos dijeron vamos a ver como es, era como un sudamericano de clubes así lo sentí. El primer partido lo empatamos con las Bolivianas los otros los perdimos por goleada. En 2012 salimos campeonas de la temporada 2011-12 y en 2013 campeonas del pre-libertadores por lo cual participamos tres años seguidos de la Copa Libertadores (2011-12-13).
En 2016, participamos en la Copa Libertadores porque se realizó en nuestro país, no nos fue para nada bien porque no estábamos preparadas para eso. El grupo no se sentía identificado con el DT y cuando eso pasa, los resultados nunca se van a dar. Nos quejamos con el club, haciendo llegar una carta después de idas y vueltas se lo cesó y volvimos al club. Hoy me pregunto porque volví a un club que después de tantos años en un momento sentimos que nos dio la espalda, pero bueno después de tantos años es difícil salir de un club y sobre todo siendo hincha. Creo que estamos acostumbradas a no ser tan parte del club donde lo que importa es el 1ro masculino y no sé si está bien o mal fue así siempre y es difícil que cambie, si nos ponemos a ver en todo el mundo el futbol practicado por mujeres creció menos en Latinoamérica.

En 4 años anda saber

El 2014 era año de Copa América, yo ya estaba en ISEF el cual entre en 2011 como lo había pensado, mi vida era practicar jugar e ir a clase. A Lucía, la compañera con la que pasaba más tiempo en ISEF le conté van a publicar una lista de citación para la Copa América y me dijo: “¿pensas que estas?” y le dije: “no”. Al otro día se publicó la lista y estaba, faltaba un mes para la competencia y entrenábamos en el estadio charrúa en la noche, dos bus para ir a entrenar y volver y llegaba a casa como a las 23:00hs y al otro día temprano arriba para ir a estudiar porque tenía 40 minutos de viaje hasta Garibaldi y 8 de octubre, esos 40 minutos casi siempre los usaba para dormir. Esa citación me dio mucha confianza y desde que leí mi nombre en esa lista el objetivo que me puse era estar entre las 22 del viaje, se formó un hermoso grupo a pensar del poco tiempo que entramos juntas. Cuando ya se había dado la lista, a la capitana le querían hacer decidir si jugaba la final con su club no viajaba a la Copa América, al otro día ellas llego a la práctica y leyó una carta que nos escribió, la leyó como podía porque las lágrimas no la dejaron mucho. Para nosotras era muy importante en el grupo y en vez de salir a entrenar nos quedamos charlando y decidimos que si ella no viajaba ninguna lo iba hacer, esa situación nos unió como nunca. ¿Qué paso?, ella jugo la final y viajó a la Copa América. Ese viaje fue unos de los más lindos que viví, en septiembre viajamos a Ecuador a la altura solo con un mes de entrenamiento, ¿Qué se pretendía? Tener una buena imagen, es decir no comerse goleadas. Primer partido Venezuela, perdimos 3-1 pero nos fuimos con la sensación que podíamos haber ganado si las atacábamos más, segundo partido Colombia, el más difícil de la serie perdimos 4-0. Tercer partido Perú ganamos con un penal en la hora que hizo Pame, y llegamos a la última fecha con chances de clasificar por los resultados que se habían dado en los otros cruces, ¿con quién peleábamos ese lugar? Con Ecuador y justo esa última fecha era contra ellas, las locales, para nosotras una final. Comienza el primer tiempo en los primeros minutos gol de Yamila, estábamos jugando como nunca, así termina el 1er tiempo. Necesitábamos ganar por más goles, comienza el 2do tiempo y hacemos otro gol, íbamos por buen camino casi 40 minutos para hacer más goles. Pero ellas en un contra en una jugada dudosa, que la pelota nunca toco red pero la jueza dio gol se acercaron en el tanteador. Y así termino 2-1, estuvimos tan cerca, todas nos fuimos llorando y en el vestuario no había una que no llorara, casi se nos da.
Con esa experiencia me di cuenta que el grupo es fundamental para conseguir campeonatos, que el poder de la mente y un grupo focalizado es más importante que cualquier entrenamiento. Volví llena de orgullo por haber sido parte de ese proceso y selección, se los contaba a mis amigas y me ponía feliz. Pero bueno para vivir esto otra vez tenían que pasar 4 años, y anda a saber qué pasa en 4 años.
2018 año de Copa América, ya pasaron 4 años de esa hermosa experiencia. Y se comenzó con la pre-selección mucho meses antes, entonces pensé si la vez pasada con un mes casi clasificamos ahora lo vamos a poder hacer. Me tengo que romper el alma para poder estar. El primer objetivo era un partido amistoso contra Alemania Universitario, en julio. Una práctica antes del partido Ariel nos juntó y siempre son pregunta para que trabajamos determinados ejercicios, él siempre quiere que razonemos lo que hacemos y para qué sirve, luego de eso nombro las capitanas, y el primer nombre que dijo fue el mío. Nunca lo esperé, me sentí muy feliz, nunca pensé o esperé ser capitana de mi país, afuera de la cancha soy callada, tranquila, será porque una vez que paso la línea de cal soy otra persona, la cancha es mi mundo y ahí adentro me siento verdaderamente como soy. Lo que pensé fue tengo que trabajar más porque ahora voy a ser un ejemplo. Con ese partido comenzó el sueño de una nueva copa, se dieron varios partidos más y llego la hora de dar la lista definitiva, y mi nombre estaba. Viajamos a Chile con una nueva ilusión, el objetivo primario mejorar el 7mo puesto de 2014. Pero no se dio, sentí que el grupo se encontró un poco solo sobre todo a pocos de un mes del viaje, y el grupo nunca se enfocó 100% en el torneo, ¿culpa nuestra? ¿Culpa del CT? No lo sé, otro proceso, otras experiencias, otros resultados.

Que me dejo esta Copa América, muchas ganas de mejorar a nivel local y poder llegar dentro de 4 años con una selección más fuerte, con jugadoras que tengan más experiencia internacional, porque juntarse una vez cada 4 años no da resultado. El conocimiento entre las jugadoras, la unión del grupo y la experiencia se da solo con partidos internacionales. Hoy ya no me interesa solo jugar, sino junto a otras jugadoras mejorar el nivel local y por ende el de la selección. Espero que con el Mundial Femenino sub17 que se va a disputar en nuestro país en noviembre, mejoren muchas cosas y sobre todo al ver una mujer detrás de una pelota sea común, que no haya más Valerias que piensen que ese lugar es solo de varones, y que cada vez que se termine una Copa América las jugadoras dejemos de pensemos ahora hay que esperar 4 año y de acá a 4 años anda saber que estoy haciendo.

Author: lavozdeljugador

email: lavozdeljugador@gmail.com Twitter: LavozDjugador

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